Muchos jardineros discuten sobre la mejor manera de deshacerse de los brotes de ajo: algunos los rompen y otros los tuercen.
Algunos también usan tijeras, cortando las flechas limpiamente y dejando pequeños muñones.
Para ser justos, podar con tijeras es la solución más sencilla, pero es poco probable que a un jardinero cariñoso le guste este enfoque.
Pero no te preocupes, ya que las “heridas” sanarán muy pronto y le crecerán plumas nuevas y completamente desarrolladas.
En cuanto a la extracción, queda una depresión en el lugar de la flecha rota: si entra agua durante la lluvia, pueden comenzar procesos de descomposición.
Y si la evaporación comienza en un clima caluroso de verano, se crearán las condiciones ideales para el desarrollo del hongo; en este caso, puede olvidarse del desarrollo normal del feto.
En cuanto a la rotura, si no queda ninguna hendidura, este método también es adecuado para preservar la integridad del ajo.