Hay muchos errores que puedes cometer al cultivar pimientos; afortunadamente, la mayoría de ellos son bastante fáciles de evitar.
En primer lugar, no debes hacer una plantación profunda. El tronco del pimiento puede comenzar a pudrirse o cubrirse de brotes adventicios.
Otro error es la siembra densa, que provoca el desarrollo de enfermedades y la pudrición del tallo.
Es mejor cultivar plántulas sin recogerlas en tazas individuales. El sistema radicular del pimiento se regenera muy mal a una edad temprana.
No debes regar este cultivo con agua fría; es importante que la temperatura sea de al menos 20 grados. En otras palabras, está prohibido regar desde un pozo.
Al pimiento no le gusta la tierra seca, por lo que conviene regar con más frecuencia y poco a poco. El riego abundante y poco frecuente es ineficaz.
El cultivo no responde bien a grandes cantidades de fertilización. Los pimientos son especialmente sensibles a dosis excesivas de nitrógeno.
Si la temperatura en el invernadero supera los 35 grados, es mejor ventilar el invernadero con más frecuencia y reducir la temperatura de otras formas.