Los veraneantes viven dolorosamente las aventuras con los tomates, independientemente de si son plántulas o arbustos frutales.
Cuando los arbustos ya hayan sido trasplantados, echados raíces y pronto comenzará la floración, es demasiado pronto para relajarse.
Cualquier pequeña cosa puede arruinarlo todo, como un error cometido al regar.
Te contamos qué error cometen la mayoría de veraneantes a la hora de regar los tomates, olvidando que este cultivo padece numerosas enfermedades.
Debido a errores en el riego, el desarrollo de los arbustos de tomate puede verse alterado. Esto se manifiesta en puntas amarillentas y secas.
Como no regar
El método de riego por aspersión no es adecuado para los tomates. Por ejemplo, no conviene instalar sistemas de riego para ello por la mañana y regar las camas sobre las hojas durante todo el día.
Si todavía hace un calor intenso, bajo los abrasadores rayos del sol, las gotas provocarán quemaduras en el follaje.
Si se viola regularmente la técnica de riego, las plántulas pueden morir y, después de las quemaduras, el riesgo de desarrollar tizón tardío solo aumenta.
La técnica correcta para regar los tomates es regar desde la raíz.
Lo mejor es utilizar una regadera con un mínimo de salpicaduras de agua.