De hecho, regar las cebollas afecta en gran medida la cantidad y calidad de la cosecha.
Es importante saber que las hojas de la cebolla crecen unas de otras: la hoja comienza desde la raíz misma. Juntos forman un fruto denso.
En la primera mitad de la temporada de crecimiento, desde el momento en que aparece la primera hoja, la cebolla comienza a desarrollar activamente su follaje. Por eso, es importante mantener la tierra húmeda durante este período.
Las cebollas tienen un sistema de raíces en la capa superior del suelo, por lo que el secado se produce con bastante rapidez.
Hay que regar hasta que aparezcan las primeras hojas. Después de esto, se puede reducir la intensidad del riego.
Es necesario dejar que el lecho se seque entre riegos, pero está mal dejar de proporcionar agua a las cebollas por completo.
Las cebollas completamente formadas maduran en el suelo. Es mejor reducir la cantidad de humedad al mínimo, ya que el exceso de agua provocará la pudrición.
Para evitar que se pudran, puedes pisotear las hojas amarillentas hasta el suelo.
