Durante la temporada de verano, una variedad de plagas causan enormes daños a las plantaciones y futuras cosechas.
Muy a menudo, los jardineros se quejan de las hormigas, que se instalan en colonias enteras y pueden destruir todas las plantas y plántulas jóvenes a lo largo de una temporada.
Esto sucede debido al hecho de que las hormigas no solo dañan el sistema de raíces de las plantas, sino que también son portadoras de pulgones.
Por lo tanto, es muy importante tratar rápidamente las camas contra tales plagas.
Sin embargo, esto debe hacerse con cuidado y cuidado para no dañar las delicadas plantas cultivadas.
Uno de los métodos más populares y seguros para combatir las hormigas es el bicarbonato de sodio. Se encuentra abundantemente esparcido en los lugares donde se acumulan los insectos, a su paso, alrededor de las entradas al hormiguero.
También puedes conseguir un resultado excelente con una mezcla de amoniaco y agua: dos cucharadas de alcohol por cada 500 ml de líquido. La solución resultante se vierte en hormigueros y lugares donde hay más hormigas.
El ácido bórico se considera una herramienta indispensable en la lucha contra una amplia variedad de plagas. Lo más importante es utilizarlo con cuidado, sin olvidar las medidas de seguridad.
A principios de la primavera, para evitar que las hormigas transmitan pulgones a los árboles, los troncos cerca del suelo se envuelven con tiras de tela humedecidas en aceite de girasol normal.