Las frambuesas remontantes tienen una demanda especial entre los jardineros.
Esta cultura cautiva a todos por su desarrollo ultrarrápido y su abundante fructificación.
En tan solo un año, sus arbustos logran crecer y producir una cosecha decente de bayas grandes y jugosas. Pero no todos...
A veces, tentados por imágenes con magníficos racimos de frambuesas, los jardineros compran plántulas, las cuidan y las cuidan durante toda la temporada, y en el otoño, en lugar de una rica cosecha, solo obtienen poderosos arbustos verdes con bayas que se asoman aquí y allá. ¿Por qué sucede esto?
Los expertos explican: en la mayoría de los casos, la mala fructificación de la frambuesa es el resultado de un mantenimiento inadecuado de la planta.
Y, en primer lugar, una poda incorrecta.
Si en el otoño se cortan todos los brotes desde la raíz, en la primavera comienzan a desarrollarse nuevos brotes de manera muy activa.
Y como las frambuesas remontantes son más potentes que las normales, crecen hasta dos metros o más.
Ganando fuerza casi todo el verano, las verduras no permiten que las bayas se formen a tiempo y simplemente no tienen tiempo de llenarse y madurar al final de la temporada.