Los tomates y los pimientos crecen a pasos agigantados.
Los jardineros experimentados saben que es imposible obtener una cosecha rica sin alimentar a las plantas una vez durante la temporada.
Después de plantar plántulas, los jardineros experimentados se centran en el potasio y el fósforo, porque el nitrógeno durante este período ya no es tan importante. Pero estos dos macroelementos son responsables del desarrollo de los cogollos y fortalecen la inmunidad de la planta.
Se recomienda aplicar dichos fertilizantes una vez cada 2 semanas. Por ejemplo, utilizan monofosfato de potasio, que se diluye inmediatamente en un barril de agua para riego.
Esto ahorra tiempo y ayuda a combinar dos procedimientos a la vez: riego y fertilización. Pero en este caso es importante determinar correctamente la dosis para no dañar las plantas.
Por ejemplo, la dosis habitual de monofosfato de potasio por 10 litros es de 15 g. Este volumen es suficiente para cuatro arbustos de tomate. Pero este fertilizante conviene alternarlo con otros productos, ya que no se puede utilizar más de 2 veces seguidas por temporada.
