No todo el mantillo es bueno para las plantas.
Los veraneantes siempre buscan nuevas formas de aumentar su rendimiento. Por ejemplo, muchos de ellos prestan atención al aserrín.
Este material ha ganado fama por su accesibilidad y facilidad de uso. El aserrín sirve como una excelente materia prima para hacer abono y lechos de mantillo.
Pero el material nuevo debe utilizarse con cuidado. Las bacterias del suelo que procesan dicho aserrín toman nitrógeno del suelo.
Mientras el material se pudre, las plantas se ven privadas de valiosos macronutrientes, por lo que comienzan a marchitarse ante nuestros ojos.
Los astutos residentes de verano que utilizan aserrín fresco remojan las virutas en una solución de fertilizante nitrogenado. Por ejemplo, se disuelve 1 taza de carbamida (urea) en 10 litros de agua. Esto le permite compensar la pérdida de nitrógeno.
Para evitar todas estas manipulaciones, es mejor utilizar material podrido. Dicho aserrín cumple perfectamente la función de mantillo y no priva a las plantas del macronutriente responsable del crecimiento de la masa verde.