Durante el período de floración, los tomates necesitan una fuente adicional de nutrición. Son adecuados los fertilizantes minerales u orgánicos.
En cuanto a la primera categoría, puedes elegir superfosfato y sal de potasio.
Es importante no abusar de los fertilizantes nitrogenados, que favorecen el crecimiento activo de las copas, pero no de los frutos.
Los fertilizantes naturales se consideran eficaces.
Por ejemplo, es popular el fertilizante de levadura, que es muy sencillo de preparar.
Solo necesitas diluir 100 gramos de levadura cruda en un litro de agua tibia y luego mezclarlo con un balde de agua. Después de eso, debes pasar al riego. Esta cantidad de alimento es suficiente para 15 arbustos de tomate.
Otro gran remedio se puede elaborar con ceniza de madera.
Sólo necesitas tomar una cucharada de ceniza por cubo de agua. Cada semana basta con verter medio litro de fertilizante debajo de cada planta.
El yodo también te ayudará a conseguir una excelente cosecha.
Para hacer esto, diluya solo 10 gotas del medicamento en un balde de agua y luego realice el tratamiento de las raíces.