La mitad del éxito radica en la correcta formación de los arbustos.
Es imperativo deshacerse de las hojas inferiores.
El hecho es que son los primeros en estar expuestos a enfermedades y también interfieren con la nutrición normal de las plantaciones, lo que finalmente conduce a una cosecha escasa o incluso a la muerte de las plantas.
También es necesario retirar inmediatamente aquellas hojas que se hayan vuelto amarillas o marchitas.
El primer procedimiento se puede realizar dos semanas después de plantar las plántulas en campo abierto. Pero no debes quitar más de tres hojas a la vez.
Además, es necesario recordar otros procedimientos de atención. Es muy importante regar las plantas y fertilizarlas a tiempo.
No debemos olvidarnos de proporcionar a los tomates suficiente luz solar. En las sombras sólo sufrirán.
Debe recordarse que los tomates son arbustos amantes del calor, lo que significa que deben plantarse en lugares soleados y cálidos, donde no haya corrientes de aire.