El ajo es uno de los cultivos más sencillos.
Puede obtener una buena cosecha si sigue las reglas mínimas de cultivo.
Pero sucede que la cosecha comienza a ponerse amarilla en las camas demasiado pronto. En este caso, se deben tomar medidas para prevenir el problema.
Los residentes de verano experimentados dicen que es necesario regar las plantas a tiempo.
Aún así, el ajo necesita riego regular, especialmente en climas cálidos. Secar el suelo daña el cultivo.
Las plantaciones deben inspeccionarse periódicamente para detectar enfermedades y plagas.
El ajo también puede volverse amarillo debido a una deficiencia de nutrientes. La situación se puede salvar utilizando fertilizantes complejos con nitrógeno, fósforo y potasio.
Los jardineros recomiendan utilizar urea o nitrato de amonio para el riego. Es posible solucionar el problema utilizando remedios caseros. En este caso, conviene diluir 3 cucharadas de amoniaco en 10 litros de agua limpia.