Muchos jardineros sacan las plantas de interior al exterior en verano, mientras que otros se preguntan si es posible hacerlo.
Después de todo, las flores a menudo pierden su atractivo debido a esto, enferman o incluso mueren.
Las plantas de interior en realidad no son plantas de interior, sino plantas de exterior ordinarias. Y estar al aire libre alguna vez fue algo bastante natural para ellos.
Por lo tanto, en verano puedes sacar las macetas al jardín o al balcón. Sin embargo, tendrás que seguir reglas de seguridad para no perder tu flor favorita.
Regla uno: considere las características
Considere siempre las condiciones en las que viven los ancestros salvajes de su flor. Algunas personas toleran muy bien la luz solar directa, mientras que a otras les gusta la sombra parcial.
Sí, la planta se adaptará a cualquier condición y sobrevivirá. Pero en este caso, el aspecto que tendrá su mascota verde juega un papel importante. Y en condiciones inadecuadas, no se habla de belleza.
Regla dos: adaptación
Es necesaria la adaptación, especialmente al sol. Incluso un cactus que crece en el desierto bajo los rayos abrasadores sufrirá graves quemaduras solares, porque está acostumbrado a las condiciones del hogar y sólo ha visto el sol a través de un cristal. O no lo vi en absoluto.
Durante la primera semana, coloque las plantas al aire libre durante 5 a 15 minutos, aumentando gradualmente el tiempo. Es mejor hacer esto por la mañana, mientras los rayos no arden tanto.
Si tienes una casa particular, primero puedes colocarla en sombra parcial durante 30-60 minutos, luego al sol durante 5 minutos y llevarla a casa o dejarla afuera, pero en sombra profunda. El tiempo de exposición al sol debe aumentarse de forma gradual y cuidadosa.
También conviene acostumbrar las plantas a las bajas temperaturas. No deje una maceta afuera en mayo cuando las noches son frías (y a veces heladas).
Saque la planta al aire libre por la mañana, cuando la temperatura sea ligeramente más baja que en el interior. O por la noche, para que la flor sienta el frescor antes de volver a llevarla a casa.
Regla tres: cuida tu riego
A menudo, las plantas en macetas mueren por falta o exceso de humedad. En la calle, la bola de tierra se seca rápidamente y la evaporación de la humedad de las hojas es grande, especialmente si el sol brilla sobre la flor. Por lo tanto, tendrás que controlar constantemente la humedad en la maceta.
La segunda causa de muerte es el desbordamiento. Por ejemplo, llueve durante una semana y la maceta se encuentra al aire libre.
La situación empeora si el orificio de drenaje en el fondo de la olla está obstruido. El frío y la humedad son un auténtico paraíso para todo tipo de podredumbres que afectan a las raíces.
Especialmente cuidadosamente en clima lluvioso es necesario controlar las suculentas, en las que no solo las raíces, sino también las rosetas de hojas se pudren, ya que el agua se acumula en ellas.
También es importante asegurarse de que las plantas no sean atacadas por plagas, como arañas rojas, mosca blanca, etc.