Las cáscaras de huevo no sólo son residuos, sino también una valiosa fuente de calcio para las plantas.
Puede utilizarse para elaborar un fertilizante sencillo y eficaz adecuado para la mayoría de cultivos. ¿Cómo hacer esto?
Método uno
Muele las cáscaras en una licuadora o molinillo de café hasta convertirlas en harina.
El polvo resultante se puede mezclar con tierra al plantar plantas o espolvorear sobre la superficie del suelo alrededor de los tallos. Esto ayudará a prevenir la deficiencia de calcio y fortalecerá la inmunidad de las plantas.
Método dos
Vierta agua hirviendo sobre las conchas y déjelas en un recipiente cerrado en un lugar oscuro durante 7 a 10 días.
La infusión resultante se puede diluir con agua en una proporción de 1:10 y regar las plantas una vez por semana.
Este fertilizante ayuda a mejorar el crecimiento y la floración de las plantas, y además las protege de enfermedades y plagas.
Método tres
Secar las cáscaras al horno o al sol y triturarlas en trozos grandes.
Se pueden colocar en los orificios de drenaje de las macetas o alrededor del perímetro de las camas.
Esto ayudará a mejorar la estructura del suelo y también a repeler los caracoles y otras plagas.
Como puede ver, las cáscaras de huevo son un material útil para jardineros y floricultores.
No te apresures a tirarlo, úsalo para mejorar la salud y belleza de tus plantas.