Los pepinos son una de las hortalizas más populares y buscadas que puedes cultivar en tu jardín.
Sin embargo, para obtener una cosecha abundante y de alta calidad, no solo es necesario plantar y cuidar los pepinos correctamente, sino también saber cómo darles forma.
La formación de pepinos es el proceso de eliminar el exceso de brotes, hojas y ovarios para dirigir las fuerzas de la planta al desarrollo del tallo principal y la fructificación.
La formación de pepinos depende de la variedad que elijas: polinizada por abejas o partenocárpica.
Las variedades polinizadas por abejas producen flores masculinas y femeninas en diferentes brotes, por lo que es necesario formar uno o dos tallos, eliminando todos los brotes laterales hasta tener 4-5 hojas.
Las variedades partenocárpicas producen sólo flores femeninas en todos los brotes, por lo que pueden formarse en dos o tres tallos, dejando brotes laterales de hasta 2-3 hojas.
La formación de pepinos debe comenzar desde el momento en que aparecen los primeros brotes laterales.
Para hacer esto, debe inspeccionar periódicamente las plantas y eliminar el exceso de brotes, hojas y ovarios. La eliminación de los brotes se realiza pellizcando o con tijeras en la base del tallo.
El retiro de las hojas también se realiza con un pellizco o unas tijeras, dejando una pequeña punta en el tallo. La extirpación de los ovarios se realiza pellizcando o con la mano, arrancando los ovarios junto con la flor.
Dar forma a los pepinos tiene varios beneficios para las plantas y los cultivos. Promueve una mejor iluminación y ventilación de las plantas, previene el desarrollo de enfermedades y plagas, aumenta el tamaño y la calidad de los frutos y prolonga el período de fructificación.
Dar forma a los pepinos es una forma sencilla y eficaz de obtener una gran cosecha de verduras sabrosas y saludables.