El ajo es una verdura sana y aromática que se cultiva en muchos jardines.
Para producir cabezas de ajo grandes y jugosas, es necesario cumplir con varias condiciones: plantar la planta correctamente, cubrirla durante el invierno y fertilizarla a tiempo en la primavera.
Fertilizar el ajo promueve el crecimiento activo de la masa verde, fortaleciendo el sistema radicular, mejorando el sabor y la resistencia a las enfermedades.
Uno de los mejores medios para alimentar con ajo es una solución de sulfato de magnesio (ácido magnésico) y nitrato de amonio.
Estos fertilizantes minerales contienen nitrógeno, magnesio y azufre, elementos importantes para la nutrición del ajo. El nitrógeno favorece el crecimiento de la masa verde y la formación de grandes cogollos.
El magnesio participa en la fotosíntesis y proporciona un color brillante a las hojas. El azufre aumenta el aroma y el picante del ajo y también lo protege de enfermedades fúngicas.
Para preparar una solución para alimentar con ajo, debe mezclar 20 g de nitrato de amonio y 20 g de sulfato de magnesio con 10 litros de agua. Esta solución se puede regar o rociar sobre el ajo.
La primera alimentación se realiza cuando al ajo le crecen de 3 a 5 hojas (finales de marzo - principios de abril).
La segunda toma se realiza 2-3 semanas después de la primera. La tercera alimentación es necesaria al comienzo de la floración (finales de mayo - principios de junio). Por 1 metro cuadrado de cama se gastan 3 litros de solución.
Alimentar ajo con esta solución ayuda a obtener una buena cosecha de cogollos jugosos y grandes que durarán mucho tiempo y tendrán buen sabor y olor.