Cualquier arbusto de jardín necesita un rejuvenecimiento periódico.
Este procedimiento es necesario para el sano crecimiento de los cultivos y la obtención de una mejor y más abundante cosecha.
En el caso de las grosellas, el rejuvenecimiento se suele realizar de dos formas: mediante corte completo del arbusto o parcial.
En la primera opción se cortan por completo absolutamente todos los brotes viejos, es decir, se realizan cortes a ras del suelo para que no queden tocones. Y después de una semana y media o dos, se realiza una alimentación integral.
Después de tal poda durante el verano, el cuello de la raíz produce muchos brotes nuevos, pero en el otoño solo se deben dejar entre 8 y 10 para que el arbusto no se espese demasiado. La primera cosecha de estos brotes suele aparecer en el segundo año.
La segunda opción es más suave, pero también más problemática.
Requiere un examen cuidadoso y una selección cuidadosa de los brotes que se van a eliminar.
Primero se seleccionan y cortan las ramas más antiguas. Se identifican por su corteza oscura y áspera. También se realizan secciones a lo largo de la base al nivel del suelo.
Luego se acortan los brotes restantes. Sus tocones deben elevarse entre 15 y 20 cm del suelo.
Durante la temporada, se forman brotes laterales, que también se eliminan parcialmente en el otoño.
El uso de este método le permite obtener la cosecha mucho antes. Pero después los arbustos crecen mucho más fuertes y más rápidos.