Los rábanos son un cultivo de jardín increíblemente popular.
Un tubérculo sabroso, cuya superficie tiene un hermoso tinte rosado, se usa ampliamente en la cocina.
Así, los rábanos suelen convertirse en uno de los ingredientes de las ensaladas de verduras.
Desafortunadamente, el cultivo de este cultivo no siempre termina con éxito.
Muy a menudo, los residentes de verano que esperaban cosechar rábanos grandes y jugosos se ven obligados a contentarse con tubérculos pequeños y no los más apetitosos.
Para evitar caer en la misma situación, es necesario seguir algunas recomendaciones.
Calidad de la semilla
La semilla seleccionada debe ser de alta calidad.
No utilice semillas viejas y secas: no aparecerán muchas plántulas, la cantidad de tubérculos será pequeña y su sabor no será el mejor.
Ajuste correcto
Antes de sembrar, se debe tratar la cobertura del suelo. Estamos hablando de dos procedimientos: aflojar y regar con un líquido a una temperatura moderadamente alta.
Cada semilla debe estar a un centímetro de profundidad. La distancia entre ellos debe ser de al menos dos centímetros.
No debes excederte con el agua ni antes de plantar ni durante el desarrollo de la planta. El riego excesivo puede provocar la deformación de los cultivos de raíces.
Fertilizante superficial
La planta necesita un componente de nitrógeno. Después de que aparezcan las primeras láminas de las hojas, una solución de urea será de gran utilidad.
Después del inicio de la fase de formación activa de esa parte del cultivo del jardín que se encuentra bajo tierra, los rábanos serán ayudados por un líquido preparado a base de residuos de madera sin quemar.