Pequeño, duro, insípido: palabras que pueden describir los frutos de una cosecha de remolacha fallida.
Entre los jardineros existe la opinión de que este tubérculo no requiere cuidados especiales. Pero, de hecho, el asunto no siempre se limita únicamente al riego.
Existen varias contraindicaciones en el cuidado de la remolacha. Es debido a estos errores de cálculo que la mayoría de las veces la cosecha no es feliz.
Sombra
Algunos jardineros están seguros de que a las remolachas les encanta la sombra. En este caso, debe esperar una cosecha de tubérculos jugosos y sabrosos, pero pequeños.
Acidez del suelo
Las remolachas necesitan un suelo neutro (pH 6-7). En suelos ácidos, las remolachas serán pequeñas y secas.
Si la acidez es buena, no es necesario agregar harina de ceniza, lima o dolomita. Las remolachas cultivadas en suelos alcalinos tienen más probabilidades de sufrir sarna.
suelo pesado
El suelo denso con una corteza dura en la superficie da lugar a frutos pequeños, alargados y nudosos. Con arena, humus o aserrín, puede hacer que la tierra quede más suelta y liviana.
Deficiencia de nitrógeno
La consecuencia de la falta de macronutrientes son frutos pequeños, duros, amargos y pálidos. Por lo tanto, en las etapas iniciales no se puede prescindir de los fertilizantes nitrogenados.
Condiciones climáticas
A las remolachas no les gusta el frío. Por lo tanto, los veraneantes no tienen prisa por sembrar, esperando condiciones climáticas favorables. En cuanto a la cosecha, es importante hacerlo antes de la primera helada, de lo contrario los frutos se oscurecerán y se almacenarán peor.