Quizás, cualquier veraneante que esté pensando en ampliar su plantación de fresas esté interesado en saber cómo hacerlo para preservar las características varietales del cultivo.
Nos apresuramos a compartir este método, pero le advertimos de inmediato: tendrá que retocar mucho.
Entonces, para empezar, debes observar de antemano los arbustos uterinos, que deben estar sanos y dar buenos frutos.
En primavera, conviene tratarlas contra plagas y enfermedades, alimentarlas con nitrógeno, regarlas regularmente y asegurarse de quitar todos los tallos de las flores.
El primer zarcillo debe estar enraizado, ya que la primera roseta de este zarcillo (la más cercana a la celda de la reina) es la más valiosa.
Se debe quitar el bigote restante, así como los pedúnculos. Puedes dejar un máximo de dos primeros bigotes (por supuesto, estamos hablando de un arbusto uterino).
Puedes enraizarlo fijándolo (los tenedores desechables nunca serán útiles) al suelo en la misma cama. Después de eso, desenterrar una planta joven junto con un trozo de tierra y trasplantarla a otro lugar. Puedes dejarlo en la misma cama.
No olvides alimentar los arbustos con nitroamofos durante el enraizamiento.