Los veraneantes soviéticos lograron obtener buenas cosechas sin todo lo que tienen los jardineros modernos.
Así nació un fertilizante especial que atrajo a todos los cultivos de hortalizas. Si lo agrega al suelo antes de trasplantar las plántulas, la cosecha se recordará durante mucho tiempo.
Es de destacar que a todos los cultivos de huerta les gusta este aditivo.
Satura el suelo con todos los nutrientes necesarios para las plantas cultivadas.
Todo lo ingenioso es sencillo y estamos hablando de harina de dolomita.
En cuanto a su composición, este aditivo simple y natural normaliza el equilibrio del pH del suelo, contiene nutrientes y las plagas de insectos no lo entusiasman tanto como el estiércol.
La dolomita contiene un complejo de nutrientes como calcio, magnesio y hierro.
Se considera un fertilizante universal porque es adecuado para la mayoría de las plantas de jardín y las sustancias se encuentran en una forma equilibrada.
Para aprovechar al máximo el fertilizante, los veraneantes recomiendan preparar una solución a partir de harina de dolomita.
La norma por metro cuadrado de suelo es de 500 ml de harina.
Para prepararlo, es necesario disolver 500 ml de polvo en 8 litros de agua y agregar 1 vaso de vinagre al 9%.
Los componentes se mezclan, se infunden durante una hora y luego la solución se usa para regar las camas antes de plantar las plántulas.