Después de un invierno frío, los arbustos de fresas suelen verse debilitados y necesitan su atención.
En este caso, los jardineros experimentados comienzan a preparar una solución nutritiva.
Aquí está su receta: verter dos litros de agua hirviendo en un vaso de ceniza, luego dejar enfriar el líquido y agregar agua hasta un volumen de 10 litros.
Vierta 1 cucharada de yodo, 2 g de ácido bórico en polvo y la misma cantidad de permanganato de potasio.
Una vez que la ceniza se deposita en el fondo, la solución se puede utilizar para rociar.
Según los veraneantes que año tras año recurren a esta composición nutricional, las hojas de fresa adquieren un color verde oscuro, se vuelven elásticas y jugosas.
Además, la solución tiene un "efecto secundario" sorprendente: después de su uso, las plagas desaparecen y no aparecen durante mucho tiempo.
Por último, permítanos recordarle: el momento más adecuado para fumigar es en las horas de la tarde de un día sin viento.