Las manchas redondas de color blanco o crema son el primer signo de que los pepinos han sido atacados por el oídio.
Para no tener que afrontar las consecuencias de una enfermedad peligrosa, que, como sabemos, no es fácil, conviene ocuparse de la prevención con antelación.
En primer lugar, conviene dar preferencia a las variedades de pepino que sean resistentes a la enfermedad.
En segundo lugar, con la llegada del otoño, no olvides poner en orden el invernadero.
Los hongos, que son el agente causante de la enfermedad, pueden sobrevivir con seguridad al invierno si permanecen en los restos de plantas, el suelo o las estructuras de los invernaderos. Por esta razón, vale la pena sacar toda la basura del invernadero y quemarla, y tratar la estructura con sulfato de cobre.
En tercer lugar, cumpla con las reglas de rotación de cultivos e intente alternar pepinos con cultivos no relacionados.
En cuarto lugar, no utilice agua fría para regar los lechos de pepinos.
Además, a la hora de regar hay que asegurarse de que la tierra no se humedezca demasiado y de que no caiga agua sobre las hojas.
Finalmente, en quinto lugar, si es posible, asegúrese de que la temperatura del aire en el invernadero se mantenga por encima de +20 grados. No debes dejar las puertas del invernadero abiertas por la noche, y cuando se acerque el frío tapar las plantas con film.