El manzano es un árbol conocido por el hombre por sus sabrosos y saludables frutos desde hace miles de años.
Incluso en una parcela pequeña, los residentes de verano encuentran espacio para al menos un árbol. Si hay muy poco espacio, las variedades enanas vienen al rescate, son compactas y producen rendimientos sólidos.
Incluso los jardineros novatos saben que sin fertilizar un manzano normalmente no dará frutos. El primer fertilizante se aplica en abril.
4 mejores fertilizantes para manzanos
Para empezar, los árboles se fertilizan con estiércol podrido: 5 cubos por cada manzano. Como alternativa, se añade urea: 500 g por planta adulta. Se humedece el suelo, se esparce urea y luego se incrusta ligeramente en el suelo.
Durante el período de floración, los manzanos se fertilizan con la siguiente composición: 250 g de superfosfato, 150 g de urea y 200 g de sulfato de potasio por 50 litros de agua.
Al momento de llenar las manzanas se agrega otra solución. Pero esta vez se disuelven 30 g de humato de sodio seco en agua tibia, se añaden 130 g de nitrofoska y luego se ajusta el volumen a 30 litros.
Cuando se recoge la cosecha, llega el momento de una nueva alimentación. Utilice 300 g de sulfato de potasio y la misma cantidad de superfosfato por 30-40 litros de agua.