Los tomates son un cultivo frágil.
Muy a menudo, los jardineros principiantes e incluso experimentados se enfrentan al hecho de que las hojas de las plantas se vuelven amarillas.
Al mismo tiempo, el estado de las hojas es un indicador de la salud de las plantas.
Esto puede indicar problemas en el cuidado o señalar una deficiencia de un elemento importante. En este último caso, es necesario examinar cuidadosamente las hojas. Si se vuelven amarillos de manera uniforme, esto indica falta de nitrógeno.
Cuando las venas todavía están verdes, entonces se ha producido una deficiencia de hierro.
Si se vuelven amarillos y se secan en los bordes, es una señal de que se necesita potasio.
Las manchas de color amarillo claro indican que los tomates necesitan manganeso.
En tales casos, se debe aplicar fertilizante para corregir el problema.
Si hablamos de errores en el cuidado, las hojas pueden empezar a ponerse amarillas si se ha alterado el horario de riego, las plantas están demasiado frías o calientes y también hay problemas con la iluminación.