Los residentes de verano experimentados han oído que el bicarbonato de sodio se puede utilizar en jardinería, pero no todo el mundo sabe cómo hacerlo correctamente.
Si hace algo que no sigue las instrucciones, existe la posibilidad de que no solo no obtenga ningún beneficio, sino que también exista la posibilidad de que se produzcan daños.
Por lo tanto, los jardineros experimentados no se desvían de las reglas establecidas para el uso de remedios caseros.
Cómo utilizar bicarbonato de sodio en el jardín.
En mayo, los residentes de verano compran refrescos, alrededor de 5 a 7 paquetes, pero este volumen suele ser suficiente para un par de días, porque hay muchas opciones de uso.
1. Grosellas y grosellas. Aproximadamente del 1 al 10 de mayo, los arbustos se tratan contra el oídio. La fumigación repetida se realiza después de una semana.
La receta es la siguiente: 4 cucharadas de refresco por cada 10 litros de agua y 2 cucharadas de jabón líquido para lavar ropa. Los arbustos se riegan con un rociador o regadera.
Se puede utilizar una solución similar para tratar calabacines y uvas.
2. Tomates. Los tomates se trasplantan a un lugar permanente a mediados de mayo, dependiendo de las condiciones climáticas. Una semana después del trasplante, los tomates se tratan contra el tizón tardío.
La receta es: 3 cucharadas por cada 10 litros de agua.
3. Rosas. La “Reina del Jardín” se protege de los pulgones con refrescos. Para 10 litros tomar 4 cucharadas, remover y rociar las plantas. Después de 2-3 días, se realiza un nuevo tratamiento.
4. Contra las malas hierbas. Para la omnipresente hierba que se apodera tanto de los macizos de flores como de los parterres, los residentes de verano también recomiendan bicarbonato de sodio: medio paquete por cada 10 litros. Riega el suelo con la solución resultante. Dicen que después de esto la maleza no crece por mucho tiempo.
5. Contra las hormigas. Se diluye un paquete de refresco en 10 litros de agua y se vierte la mezcla sobre el hormiguero y se esparce un poco más de polvo.
6. Repollo. Para proteger las plantaciones de las orugas, prepare la siguiente solución: 5 cucharadas por cada 10 litros de agua. Algunos jardineros simplemente espolvorean refrescos directamente sobre las plagas, pero en este caso se mezclan en partes iguales con harina. Los veraneantes afirman que después de esto no se necesitan trampas ni venenos.
7. Suelo ácido. Durante el proceso de siembra o plantación, espolvorea un poco de refresco en los hoyos y surcos para que el suelo sea menos ácido. Las plantas crecen mejor en suelos neutros y ligeramente alcalinos.