Si quieres conseguir una buena cosecha de grosellas, no puedes prescindir de un tratamiento contra enfermedades y plagas.
Un remedio de un centavo, familiar para todos los residentes de verano, le ayudará a hacer frente a estas tareas.
Si aún no has adivinado de qué estamos hablando, te revelamos las cartas: la solución de pulverización debe prepararse a base de refrescos.
Llena un balde con agua y agrega polvo para hornear y jabón líquido.
Para un litro de agua necesitarás 2 cucharadas de bicarbonato de sodio y jabón; a simple vista, es necesario para darle pegajosidad al producto.
Ahora solo queda remover bien el contenido del recipiente y verterlo en un recipiente con atomizador, para luego poder rociar los arbustos de grosella.
Una planta requiere entre 3 y 4 litros de la solución resultante.
El momento óptimo para el tratamiento es a principios de la primavera, tan pronto como la nieve se derrita o al menos antes de que comience la floración, aconsejan jardineros experimentados.