Definitivamente se deben alimentar con rábanos para obtener una cosecha abundante, sabrosa y de alta calidad.
Puedes salvar la cosecha rociando las plántulas.
Para ello necesitarás urea.
Agrega 1 cucharada de urea a un balde de agua y rocía las plantas.
Gracias a ello se activa el crecimiento y desarrollo de los rábanos.
La fumigación se realiza en climas fríos.
Además, los rábanos se pueden tratar con una solución sobre las puntas de los tomates.
Coloque las puntas de los tomates en un balde, llénelo con agua, déjelo reposar durante 24 horas y cuele.
La solución brinda protección contra enfermedades y plagas y también llena la tierra con sustancias útiles.