Una orquídea puede perder el color verde de sus hojas por varias razones.
Estos pueden incluir enfermedades y plagas de insectos, hojas envejecidas, falta o exceso de fertilizantes, riego inadecuado, mal cuidado y condiciones inadecuadas para la planta. Para descubrir la causa exacta, es necesario examinar cuidadosamente la planta y verificar el estado del sustrato y las raíces.
Dependiendo de la causa, se pueden tomar diferentes medidas: cambiar el régimen de riego y alimentación, trasplantar la orquídea a un nuevo sustrato y maceta, tratar la planta contra plagas o enfermedades, eliminar hojas o raíces dañadas.
Para la prevención, es necesario observar las condiciones óptimas para conservar la orquídea: temperatura, iluminación, humedad, aireación y limpieza.
¿Cómo replantar una orquídea?
Una orquídea debe replantarse una vez cada 1 o 2 años o cuando la planta supere su maceta. Es mejor trasplantar en primavera o después de la floración. Para trasplantar, es necesario elegir una maceta, tierra y herramientas adecuadas. Estos son los pasos básicos para replantar una orquídea:
Riegue la orquídea tres días antes de trasplantarla y riegue la tierra nueva con anticipación.
Retire con cuidado la orquídea de la maceta vieja. Si las raíces están muy entrelazadas, corta o rompe la maceta.
Inspeccione las raíces y elimine las dañadas o podridas. Trate los cortes con carbón o canela.
Coloque la orquídea en una maceta nueva y agregue tierra fresca. Asegúrate de que la planta esté a la misma profundidad que en la maceta anterior.
Después del trasplante, la orquídea debe regarse moderadamente y colocarse en un lugar luminoso.
No fertilices tu orquídea durante un mes después de replantarla.