Uno de los componentes importantes del cuidado del ajo es una alimentación oportuna y competente.
Es gracias a la aplicación de los fertilizantes necesarios que los jardineros experimentados pueden evitar que el ajo se ponga amarillento.
La primera fertilización debe realizarse tan pronto como note brotes en el lecho del jardín.
Para hacer esto, necesitarás disolver una cucharada de urea en un balde de agua. Utilice la solución resultante para riego.
Alternativamente, esparza urea sobre suelo húmedo. En este caso, será necesaria una cucharada por “cuadrado”.
Después de aproximadamente un mes, llega el momento de la segunda toma.
En esta ocasión debes tomar una cucharada de sulfato de magnesio y sulfato de potasio en un balde de agua y agregarlo a los lechos de ajos después de regar.
Durante el período de crecimiento activo y formación de cabezas de ajo, necesitará compuestos de fósforo y potasio, que deben aplicarse de acuerdo con las instrucciones, o ceniza común: espolvoree las camas con un vaso de residuos de leña por metro cuadrado.