Rociar pepinos con leche es un procedimiento bastante popular en el país.
Los jardineros lo llevan a cabo para acelerar el crecimiento y desarrollo de la planta y de los frutos que en ella se forman.
Y agregar unas gotas de yodo a la bebida ayuda a proteger los cultivos del jardín contra muchas dolencias.
Sin embargo, muchos jardineros cometen un grave error al regar la planta con leche.
Este descuido puede provocar una fuerte disminución del rendimiento. Y, a veces, una pérdida total de la cosecha de pepinos.
¿De qué error estamos hablando?
Bajo ninguna circunstancia se deben rociar los pepinos con leche sin diluir.
En forma concentrada, esta bebida blanca tiene un efecto negativo sobre la planta. Los pepinos pueden perder el acceso al oxígeno. Esto significa que no habrá fructificación normal.
Antes de su uso, la leche se debe mezclar con agua limpia. El volumen del segundo líquido debe ser al menos el doble que el del primero.
Sólo si se cumple esta condición el riego “con leche” traerá beneficios al cultivo.
También se debe tener precaución al agregar yodo. Dos o tres gotas por litro de mezcla son suficientes. El exceso de yodo puede hacer que la planta se marchite y produzca frutos de forma irregular.
