El rábano es un cultivo sin pretensiones que no requiere cuidados complejos. Los veraneantes solo lo riegan y aflojan la tierra.
Dentro de 4-5 semanas después de tales acciones, reciben una cosecha. Puede que no siempre te haga feliz. Puede ser amargo, puede ser pequeño y seco.
Todo problema tiene razones.
Rábano pequeño
Este fenómeno se explica por la falta de nutrición y humedad. Es necesario humedecer el suelo todos los días y luego aflojarlo a 3-5 cm de profundidad para que las raíces reciban suficiente oxígeno.
De los fertilizantes, por 1 metro cuadrado, debe agregar medio cubo de arena, nitrato de amonio, superfosfato y sulfato de potasio en una cantidad de 1 cucharada.
Los frutos están sueltos y con huecos.
¿Hay muchos huecos dentro del rábano? Esto indica la aplicación de cantidades excesivas de fertilizantes nitrogenados. En este caso, los recursos del cultivo se destinan a la formación de la parte verde y no a los tubérculos.
Si la pulpa del cultivo está suelta, es posible que no se cumplan los plazos de siembra. Cada región tiene la suya, pero hay una regla general. Afirma que las semillas de rábano deben plantarse cuando la temperatura sea de al menos 10 grados.
Los rábanos son secos y amargos.
La falta de humedad y la falta de aflojamiento del suelo son las principales razones para obtener este tipo de tubérculos. Si se observa un amargor pronunciado, entonces los rábanos están demasiado crecidos.
Esto podría deberse a la colocación de las semillas en suelo frío o a heladas recurrentes. También se podría lograr una cosecha seca si se utilizara una cubierta densa en la primavera para evitar que las plantas se desprendan.
Rábano blando o duro
La pulpa leñosa podría haberse vuelto debido a la falta de humedad y nutrición.
Los cultivos de raíces se vuelven acuosos cuando se riegan en exceso. El exceso de fertilizantes nitrogenados también puede tener este efecto.