Un pozo de abono puede convertirse en un refugio no sólo para plagas pequeñas, sino también para roedores más grandes.
Los ratones y otras criaturas subterráneas se arrastran hasta los pozos de abono en busca de presas en forma de lombrices. Los roedores pueden instalarse allí y arruinar por completo el fertilizante.
El principal valor de una pila de abono son las lombrices de lluvia, sin las cuales será difícil esperar que el fertilizante madure rápidamente.
Además de cazar gusanos, los roedores también transmiten infecciones. Esto es suficiente para proteger el pozo de abono de invitados no invitados.
Se utiliza un método bastante sencillo para proteger el fertilizante.
Es necesario hacer cálculos sobre el delicado sentido del olfato de los ratones. Además de los olores de la comida, perciben perfectamente los olores que advierten del peligro. Los ratones también tienen buen oído.
Pero en términos de protección del fertilizante, la química no ayudará. Necesitamos materiales más inofensivos, como cebollas, ajos o menta.
Estas plantas se pueden plantar simplemente cerca del pozo de abono.
Puedes agregar con seguridad los restos de frutas cítricas al propio hueso, pero no debes dejarte llevar, porque puedes aumentar la acidez del suelo.
En este sentido, los repelentes populares hechos con latas sobre fornitura de metal funcionan a la perfección. Con el viento, las latas golpean el soporte, lo que repele las plagas.