A veces, los veraneantes tienen abono que no se descompone por completo.
Surge la pregunta de dónde se puede utilizar este fertilizante. Por ejemplo, existe la tentación de alimentar con él plántulas de pimientos o tomates.
Sin embargo, los jardineros experimentados no recomiendan fertilizar tomates y pimientos con abono verde. Es mejor alimentar a estas plantas con materia orgánica podrida: abono o estiércol.
El peligro de los fertilizantes inmaduros es que puede contener varios patógenos. Si el residente de verano tiene suerte y la enfermedad se escapa de los lechos, existe el riesgo de que las plantas "engorden".
A los tomates y los pimientos les crecerá una gran masa verde y los frutos se contarán con una mano. Por lo tanto, es mejor mantener alejado de estas plantas el abono que no esté completamente podrido.
Este abono se puede agregar a las zanjas, hoyos para plantar pepinos, calabazas y calabacines. En este caso, las plantas se desarrollarán bien.