El invierno es una época difícil para la "reina de las flores", por lo que en primavera la planta requiere cuidados y atención especiales.
Para que las rosas florezcan y huelan en verano, con la llegada del calor es necesario realizar varios procedimientos sencillos.
En marzo existe riesgo de heladas incluso cuando la temperatura se mantiene alrededor de +5 ... +10 °C.
Los jardineros, antes de que la nieve se derrita por completo, la vierten debajo de los arbustos. El suave frío evitará que las rosas se despierten demasiado temprano y sufran heladas.
Cuando finalmente hace más calor, se retiran los refugios de los arbustos. Es necesario seguir las previsiones meteorológicas y evitar que la rosa experimente falta de luz y luz debajo del material de cobertura.
Para recuperarse más rápido después del invierno, se podan las plantas. En primer lugar, se eliminan los brotes enfermos, congelados y secos. Se distinguen por su color negro.
El procedimiento se realiza con unas tijeras de podar limpias y desinfectadas, capturando algo de tejido sano.
Las manchas marrones o rojas en forma de anillo en los brotes son una señal peligrosa. Este es un signo de una quemadura infecciosa. Los jardineros eliminan dichos brotes por completo; de lo contrario, la enfermedad puede destruir toda la planta.