Como regla general, los pimientos brotan rápida y suavemente, pero hay situaciones en las que es necesario acelerar este proceso.
Por ejemplo, cuando se ha perdido el momento óptimo de siembra y es necesario recuperar urgentemente unos días. O las semillas son viejas y necesitan estimulación.
Y a veces el jardinero simplemente está impaciente y quiere ver rápidamente el tan esperado brote. Sea como fuere, hay formas de conseguir plántulas ya al tercer día después de la siembra en el suelo.
¿Las semillas de pimiento necesitan estimulación?
Si las semillas son frescas y de buena calidad, germinan rápidamente. Aproximadamente entre 6 y 8 días desde la siembra.
Tienen una germinación excelente, por lo que no se necesitan tratamientos adicionales más que la desinfección.
La estimulación del crecimiento es necesaria si las semillas tienen más de dos años, ya que la tasa de germinación disminuye cada año. Las semillas que estén muy secas también deben tratarse antes de sembrar. Como regla general, los fabricantes extranjeros hacen esto para eliminar el riesgo de deterioro.
Asegúrese de que las semillas de los gránulos puedan germinar. A veces, la cáscara simplemente no se disuelve en el suelo, por lo que el brote no puede abrirse paso. Para evitar que esto suceda, toma un gránulo, humedécelo con agua y observa qué sucede.
Una cáscara de alta calidad comienza a disolverse inmediatamente. Si esto no sucede, primero tendrás que mojar las semillas, quitarles la cáscara y luego sembrar.
Cómo acelerar la germinación
Si es necesario acelerar la germinación, puedes recurrir a trucos populares. La opción más sencilla es remojar las semillas.
Deben envolverse en una gasa o un paño, empaparse en agua, escurrirse ligeramente, colocarse en un recipiente con tapa y colocarse en un lugar cálido. Cuando aparecen pequeñas raíces blancas, las semillas se deben sembrar como de costumbre y dejar en un lugar cálido. Los brotes aparecerán al segundo o tercer día.
Importante: la temperatura óptima para germinar pimientos en una gasa o tierra es de 26 a 28 grados. Recuerde que si las semillas germinadas se colocan en el suelo y se colocan en un lugar fresco, se pudrirán.
Para acelerar la germinación, puede remojar las semillas no en agua, sino en cualquier estimulante del crecimiento. O recurra a los métodos de la abuela sumergiéndolos en jugo de aloe o solución de miel.
También puedes acelerar la germinación mediante un tratamiento de contraste. Debe llenar un recipiente con agua helada y otro con agua caliente (75 a 80 grados). Coloque las semillas en caliente durante 3 segundos y luego en frío durante 3 segundos. Repita tres veces. Después de esto, coloca las semillas en un recipiente y colócalas en un lugar cálido para que germinen. Después de este procedimiento, las primeras raíces pueden aparecer a las pocas horas.