La mayoría de las veces, los albaricoques que logramos cultivar en nuestra propia casa de campo no tienen nada que ver con frutas grandes.
La razón por la que los frutos son pequeños es la falta de fertilización y riego, dice Anastasia Kovrizhnykh, experta de la publicación de la red BelNovosti, agrónoma y paisajista.
Si decide corregir la situación actual a cualquier precio, debe comenzar a aplicar fertilizantes ya con el inicio de la primavera.
En primer lugar, antes de que los árboles florezcan, conviene rociarlos con una solución preparada con 10 litros de agua y 50 g de urea.
Agosto también es un buen momento para agregar nutrición adicional, cuando conviene abastecerse de 2 cucharadas de superfosfato granulado y una cucharada de potasio sin cloro.
Disolver los ingredientes anteriores en 10 litros de agua y verter sobre el albaricoque. Puedes repetir el procedimiento después de 2 semanas.
En otoño, la composición nutricional se aplica tan pronto como se recoge la cosecha.
La misma ceniza de madera funcionará como fertilizante, cuyo litro debe distribuirse uniformemente en el círculo del tronco del árbol y luego regarse.