La mayoría de los platos no pueden prescindir de las cebollas, por lo que cada residente de verano intenta cultivar esta verdura en su parcela.
La cultura no tiene pretensiones, pero incluso ella a veces puede traerle una "sorpresa" desagradable al jardinero.
En apariencia, la cebolla puede verse sana y grande. Pero tiene un sabor tan amargo que no se puede comer ni añadir a los platos.
En la mayoría de los casos, el amargor no es un rasgo varietal. El problema son los errores que se cometieron al cultivar cebollas.
¿Por qué las cebollas son amargas?
La verdura no tolera la sequía. El riego regular es la piedra angular de una gran cosecha, que sorprende no solo por su tamaño, sino también por su sabor.
Si riegas las cebollas de forma irregular, su metabolismo se detendrá y comenzarán a acumularse sustancias que provocarán que la verdura tenga un sabor amargo. Por tanto, las cebollas responden bien al riego y a la nutrición adicional.
Por ejemplo, cuando hace calor, las cebollas se deben regar cada dos días. En promedio, se asignan entre 5 y 10 litros de agua por cada metro cuadrado.