El método puede parecer laborioso, pero es muy interesante y económico.
No se recomienda tomar semillas de frutas compradas en tiendas.
Hay dos razones para esto.
La primera es que tales frutas se cultivaron en otras condiciones y, para obtener una cosecha en nuestras latitudes, como señalan los jardineros experimentados, es mejor dar preferencia a aquellas variedades que pueden soportar las heladas.
Además, las frutas se retiran del almacén incluso antes de su madurez biológica, para que puedan permanecer en condiciones comercializables el mayor tiempo posible.
Como resultado, las semillas tampoco tendrán tiempo de madurar, lo que significa que las posibilidades de éxito se reducen.
Hay otras reglas para recordar.
Las semillas en sí no deben tener grietas ni rastros de plagas. Es importante lavar y secar las semillas y luego dividirlas con cuidado para que el material de siembra permanezca intacto;
Luego, el grano debe mantenerse en agua tibia durante un día, debe hincharse.
Después de esto, puedes trasplantar la semilla al suelo. La maceta debe tener agujeros de drenaje.
El núcleo se puede profundizar un centímetro.
Una vez completadas estas manipulaciones, se debe cubrir el recipiente con una película. Debe abrirse todos los días para eliminar la condensación, ventilar el suelo y evitar la formación de moho.
Cuando aparecen los brotes hay que quitar el film y colocar la maceta en un lugar con buena iluminación. Es importante recordar el riego regular.
Después de tres meses, puedes trasplantar la plántula a campo abierto. Mayo - principios de junio es ideal para esto.
