Dos palabras que caracterizan a las plántulas para las que no se ahorra dinero son “fuertes y regordetas”. En primer lugar, estas definiciones se aplican a los tomates, pimientos y berenjenas.
Nadie exagera aquí, porque de estos signos depende la cosecha futura. ¿Cómo cultivar esas plántulas tú mismo?
Le ayudarán 5 acciones sencillas que deben seguirse como reglas de higiene personal.
1. Riego
El resultado puede verse afectado por un llenado excesivo o insuficiente. Al mantener un equilibrio de humedad, se pueden evitar la aparición de plagas, microflora patógena y otros problemas. La forma más sencilla de probar el suelo es tocarlo con el dedo. Si los granos de arena se pegan, hay suficiente humedad.
2. Temperatura
Una temperatura demasiado alta hará que las plántulas crezcan, pero el tallo permanecerá delgado. En una habitación fría, comenzarán a crecer moho y hongos. La temperatura óptima es de +18 grados centígrados.
3. Luz
Incluso si las ventanas miran al sur, las plántulas necesitarán iluminación adicional. No debes escatimar y abastecerte de un par de phytolamps con una onda del espectro rojo-azul.
4. Alimentación
Es importante que la parte aérea y el sistema radicular se desarrollen armoniosamente y que las plantas no crezcan demasiado. En este momento, es necesario planificar la fertilización con fósforo y potasio.
5. Aterrizaje adecuado
Las plantas no toleran condiciones de hacinamiento. Las plántulas fuertes y regordetas crecerán sólo si las plantas tienen suficiente luz, aire, calor, humedad y nutrientes. Y para ello es necesario mantener un intervalo de distancia al aterrizar.