Las puntas de los ajos se vuelven amarillas por muchas razones, pero esto se puede prevenir.
Helada
No plantar ajo en el otoño puede provocar que las hojas se pongan amarillentas en la primavera.
Plantar ajo temprano en un clima muy cálido puede provocar un crecimiento vigoroso, lo que hace que las hojas se congelen en el invierno y produzcan hojas débiles y amarillas en la primavera, en todo caso.
Para proteger la cosecha futura, cubra su parcela de ajo con mantillo.
Para ello se toman hojas caídas, humus podrido, harina de maíz, etc. Aproveche también los estimulantes biológicos del crecimiento en primavera para aliviar el estrés y ayudarle a recuperarse rápidamente.
Los expertos recomiendan tratar el ajo con preparaciones como Energen, Epin, Zircon, que se preparan según las instrucciones.
Falta o exceso de humedad.
Las hojas de ajo pueden volverse amarillas en climas muy calurosos o lluviosos.
Violación del equilibrio óptimo aire-agua para las plantas, y estas reaccionan con el color amarillento de las hojas.
Cuando el clima primaveral es templado con precipitaciones ocasionales y temperaturas diarias promedio cálidas, riegue el ajo una vez cada 14 días. En climas cálidos y secos, aumente el riego. En primavera lluviosa no es necesario regar en absoluto.
Si hay una capa gruesa de mantillo sobre el lecho de ajos, tampoco lo riegues. El ajo reacciona más negativamente al exceso de agua que a la sequía. Antes de la cosecha, aproximadamente 30 días antes de la cosecha, deje de mojar los lechos de ajo.
Plagas y enfermedades
El ajo sufre mildiú, podredumbre, óxido, moho y es dañado por moscas de la cebolla, nematodos, polillas y ácaros. Las enfermedades o plagas del ajo también pueden hacer que las hojas se vuelvan amarillas.
Desenterrar el arbusto de ajo amarillento y comprobar si hay daños. Para la prevención, trate con preparaciones fungicidas e insecticidas.
Para prevenir el daño del ajo:
• plantar ajo en una cama cada pocos años;
• tratar con fungicidas antes de plantar;
• actualizar la variedad de ajo cada 3-4 años;
• cultivar caléndulas junto al lecho de ajos.
Falta de nitrógeno y otros microelementos.
En ausencia de las razones anteriores, el ajo todavía se vuelve amarillo; puede haber una nutrición insuficiente, especialmente falta de nitrógeno y microelementos.
En primavera, cuando todavía haya nieve, fertilice las plantaciones de ajo. Para ello, diluya 6 gramos de nitrato de amonio, 10 gramos de superfosfato y 6 gramos de sulfato de potasio en diez litros de agua. La tasa de riego es de 10 litros por 1 metro cuadrado, repetir a los 30 días.
Para los amantes de la agricultura ecológica, alimente su lecho de ajo con una tintura de hierbas y ceniza de madera.
Cuando aparezca un color amarillento, trate el ajo con un fertilizante complejo y, después de 7 días, aplique alimento para las raíces. Pero cuando las hojas de ajo empiezan a ponerse amarillas desde abajo, significa que el bulbo de ajo ya está empezando a formarse y los nutrientes se transfieren de las hojas a los dientes, que empiezan a formarse intensamente.