Es difícil imaginar una cosecha abundante de pimientos picantes, o de cualquier otro cultivo, sin fertilizantes.
Los residentes de verano experimentados recomiendan comenzar a fertilizar ya en la etapa de crecimiento de las plántulas.
El primero se debe aplicar 5 días después de la recolección. Para ello, necesitará preparar una solución que consta de 5 litros de agua y 1 cucharadita de monofosfato de potasio.
Este fertilizante tiene un efecto beneficioso sobre el crecimiento del sistema radicular.
La segunda vez debes empezar a preparar la solución nutritiva 3 días después de pasarla a una olla más grande (500 ml).
Esta vez necesitará nitrato de potasio: 1 cucharadita por cada 4 litros de agua.
La tercera alimentación se realiza una semana antes de que las plántulas “migren” al suelo para acelerar y facilitar su proceso de adaptación.
En esta ocasión hay que realizar un tratamiento foliar con humato potásico. Para preparar la solución de trabajo, consulte las instrucciones del paquete.