Una criatura increíble en su estructura, capaz de moverse bajo tierra, en el suelo, volar y al mismo tiempo destruir cultivos: todo esto es un grillo topo.
La plaga tiene una apariencia terrible y no todos se atreverán a contraerla. Pero al mismo tiempo, el insecto tiene un punto débil: su sentido del olfato, desarrollado como todos los habitantes subterráneos.
Hay que aprovechar esta circunstancia para proteger las plantaciones, de lo contrario el grillo topo las destruirá antes de que aparezcan los brotes.
Por supuesto, estamos hablando de proteger las patatas después de plantarlas.
En Internet también hay recomendaciones como tratar las distancias entre hileras con un líquido técnico, por ejemplo queroseno, o esparcir trapos, serrín y otros materiales empapados en productos químicos adecuados.
Aquí hay un ejemplo más seguro que no daña el medio ambiente.
Al plantar patatas, los jardineros colocan restos de pescado en los agujeros. Podrían ser entrañas, colas, aletas o huesos.
Todos estos subproductos pronto empezarán a emitir un olor no muy agradable, que ahuyentará a la plaga.
Tiene sentido dejar residuos cerca de los pasajes subterráneos creados por los insectos.
Los jardineros practicantes afirman que después de tal ataque, el grillo topo abandona el jardín por sí solo.