Todo jardinero sueña con cultivar ajos deliciosos.
El cultivo es caprichoso al almacenarlo, el más mínimo error y las cabezas se deteriorarán rápidamente.
Reglas simples te ayudarán a cultivar ajos grandes y sabrosos. Incluso un jardinero sin experiencia podrá dominarlos. Descubre cuál es el secreto y ponlo en práctica.
Cómo cultivar una gran cosecha de ajo.
Algunos consejos le ayudarán a afrontar esta difícil tarea.
Sembrando ajo
El ajo de invierno debe cultivarse como cultivo bienal. En el otoño, primero se siembran bulbos y de ellos crecen unos de un solo diente. Y después de esto se obtienen cabezas grandes de las de un solo diente. Así el ajo no se degenera y no se vuelve más pequeño.
Pero aquí también hay un matiz. Para evitar errores, siembre las camas así: en parte con bulbos y en parte con un solo diente.
El suelo se cubre con turba o compost. La mejor opción es cubrirlo con ramas de abeto. El ajo pasa bien el invierno y las ramas de abeto retendrán la nieve, lo que es útil para el desarrollo primaveral del ajo.
Otro secreto: si el ajo se siembra en bulbos y no se cuida, cada año se hará más pequeño.
La tierra de los lechos de ajo debe mantenerse suelta y las malas hierbas deben eliminarse de manera oportuna. Es importante continuar desherbando en la primavera, cuando el ajo aún es un bebé.
Se debe prestar especial atención al riego. Al ajo le encanta la tierra suelta y el agua puede hormigonarla y volverla densa. No pasará nada malo si el ajo sufre un poco de sequía, ya que se volverá más picante y aromático.
Otro secreto es no sobreexponer el ajo en el huerto, de lo contrario se desintegrará en dientes y la cosecha no se almacenará bien. Estas cabezas sólo son adecuadas para enlatar.