Con este truco, cualquier ama de casa puede cultivar violetas "gordas" con grandes cabezas florales.
Una taza de vermiculita en el alféizar de la ventana puede parecer una moda pasajera, pero en la práctica es un truco muy eficaz.
Los principiantes y los jardineros experimentados se enfrentan a un problema al cultivar violetas. La planta no florece y muere rápidamente.
Se sabe que las violetas son muy exigentes a la hora de regar. Cuando la humedad del suelo es desigual, las plantas sufren.
Aquí viene al rescate un cuenco de vermiculita. El mineral húmedo, en primer lugar, humedece ligeramente el aire.
En segundo lugar, la vermiculita indica que es hora de regar las flores. A veces, detrás de las densas hojas, no está claro si la planta necesita agua o si necesita esperar.
La vermiculita no te permitirá calcular mal. Pero el recipiente en el que se encuentra el mineral debe ser aproximadamente del mismo tamaño que la maceta violeta.
En este caso, todo es simple: la vermiculita de los cuencos se ha secado, el agua se ha evaporado, lo que significa que la tierra de la maceta se ha secado. Las violetas se riegan únicamente a través de una bandeja. Al mismo tiempo, se llenan de agua los platos con vermiculita.