En los invernaderos hay que renovar periódicamente el suelo, porque si no se hace esto, no se puede contar con la cosecha.
La razón de esto son los cultivos hortícolas de la misma familia, que generalmente deben plantarse uno tras otro en un invernadero. Aquí se explica cómo arreglárselas sin reemplazar la tierra.
Teniendo en cuenta que en condiciones de invernadero crecen principalmente pepinos, tomates y pimientos, es evidente que carecerán de potasio, fósforo y nitrógeno, calcio y hierro, magnesio y otros nutrientes. A continuación se explica cómo solucionar la situación.
1. Aplicar abono o vermicompost
Puedes hacer tu propio abono a partir de malas hierbas y otros aditivos. El vermicompost deberá adquirirse en las tiendas. Este es un producto más complejo, en cuya producción participan lombrices, hongos beneficiosos y bacterias. Sin embargo, si es necesario agregar 10 kg de humus por metro cuadrado al invernadero, entonces serán suficientes 3-5 kg de vermicompost para la misma superficie.
2. El siguiente componente es la ceniza.
Compensará la falta de potasio y calcio, magnesio y fósforo, normalizará la acidez del suelo, mejorará la estructura y aumentará la productividad. Consumo de 100-150 gramos de ceniza por metro cuadrado.
3. Fertilizantes minerales
Lo ideal es utilizar fertilizantes complejos en este momento y sólo según las instrucciones.
Una vez que el suelo del invernadero se haya calentado a la temperatura recomendada por el fabricante, es necesario tratarlo con un producto biológico a base de Bacillus subtilis o Trichoderma. Esto mejorará la salud del suelo y tendrá un efecto positivo en el rendimiento de los cultivos.