De gran importancia para el bienestar de las plántulas es un riego bien organizado.
Anastasia Kovrizhnykh, experta de la publicación online Belnovosti, agrónoma y paisajista, nos explicó qué tipo de agua es adecuada para este fin.
La planta podrá absorber agua fácil y completamente si contiene un bajo contenido de sales y diversas impurezas. De ahí la conclusión: el agua debe ser blanda.
Ideal se considera el líquido recogido de un río o lago limpio, así como el agua obtenida durante la lluvia o como resultado del derretimiento de la nieve.
Si esto no es posible y tienes que conformarte con agua dura del grifo, conviene prepararla antes de usarla.
El proceso de preparación es sencillo y consiste en dejar reposar el líquido durante 2 días, verterlo en un recipiente abierto, de esta forma conseguirás deshacerte del cloro.
Sin embargo, la sedimentación no puede solucionar un problema como la presencia de sales, por lo que habrá que pasar agua dura a través de un filtro especialmente creado para este fin.
Alternativamente, puedes usar agua embotellada limpia.