Le sugerimos que averigüe cuál es la mejor forma de alimentar las plántulas de tomate al plantarlas en campo abierto.
Cava hoyos para plantar en forma de tablero de ajedrez en el lecho del jardín, luego vierte 1 cucharada de ceniza de madera, 1 cucharada de harina de huesos o pescado, 1 cucharada de fertilizante de fósforo y potasio en cada hoyo y mezcla todo con la tierra.
Gracias a la ceniza de madera, las plántulas recibirán el magnesio, potasio, calcio y sodio que necesitan. Bien puede reducir la acidez de la tierra.
La harina de huesos o pescado contiene microelementos útiles: nitrógeno, hierro, fósforo, zinc y otros.
El fertilizante de fósforo y potasio contiene micro y macroelementos que son vitales para el crecimiento intensivo de los tomates.
Después de esta alimentación, plante las plántulas en los hoyos de plantación y riéguelas con agua ligeramente tibia.
Dicha alimentación y riego oportuno de las plántulas permitirá que los tomates crezcan rápidamente y luego obtendrá una cosecha rica y sabrosa.
A continuación, instale un marco en la cama y cúbralo con una película o agrofibra para evitar que regresen las heladas.