Los jardineros experimentados nunca tiran la masa que queda en la taza después de tomar café.
El caso es que los posos de café son un excelente fertilizante. Cuando este producto se agrega al suelo, mejora la calidad de la cobertura del suelo.
Además, el pastel se distingue por la presencia de un olor brillante, que teme a muchos insectos peligrosos.
Ambas circunstancias anteriores contribuyen a aumentar el rendimiento de los cultivos hortícolas.
Sin embargo, los restos de café deben utilizarse correctamente. De lo contrario, el residente de verano no debería contar con una cosecha abundante. Por el contrario, las plantas pueden sufrir peligrosas dolencias.
¿Qué error cometen muchos jardineros?
Algunos propietarios de casas de veraneo no secan el café. Este es un descuido grave.
Los posos de café húmedos pueden provocar la aparición de moho. Es posible que el jardinero no preste atención al hongo e introduzca dicha torta en el suelo. Como resultado, en lugar de aumentar la productividad, el residente de verano logrará el resultado opuesto.
Los residuos de café deben secarse antes de almacenarlos. Para ello se debe distribuir la masa en una fina capa sobre una superficie absorbente (por ejemplo, sobre una toalla de papel) y dejar así hasta que esté completamente seco.
Para obtener resultados más rápidos, puedes utilizar el horno.