Es imposible imaginar una buena cosecha sin plántulas de alta calidad, que, a su vez, son difíciles de obtener sin el uso de fertilizantes.
Parecería que la solución está en la superficie: basta con comprar fertilizantes ya preparados en una tienda especializada. Sin embargo, no a todos los partidarios del biocuidado les gusta esta idea.
En su lugar, prefieren utilizar remedios caseros, como ceniza, ácido succínico y cáscara de cebolla.
Pero primero lo primero.
Para las plántulas listas para plantar en campo abierto, se debe utilizar una solución de ceniza, que satura las plántulas con potasio, fósforo y otros microelementos.
Para prepararlo, deberá verter 1 vaso de ceniza de madera fresca en 9 litros de agua, cuya temperatura es de 40 a 45 grados.
Revuelva bien la solución resultante y déjela por un día. Después de colar, puedes utilizar el líquido para regar las raíces.
Si quieres fortalecer el sistema inmunológico y facilitar a las plantas la extracción de nutrientes del suelo, conviene triturar una pastilla de ácido succínico y disolver 2 g de polvo en un litro de agua.
Esta preparación es adecuada para regar las plántulas después de recogerlas y antes de plantarlas en el suelo.
En cuanto a la infusión de cáscaras de cebolla, no solo nutre las plántulas con microelementos, sino que también desinfecta el suelo.
Deberá llenar un recipiente de 1 litro con cáscaras secas y verter agua hirviendo sobre él. Una vez que la infusión se haya enfriado, dilúyala con agua 5 veces.