Si ignoras la “señal” de la flor, ya no podrás guardarla.
La mayoría de las amas de casa colocan plantas de interior en el alféizar de la ventana. Este es un lugar ideal porque hay mucha luz.
Pero a las violetas del alféizar de la ventana puede que no les guste. A la planta no le gusta el exceso de luz ni los rayos abrasadores del sol.
Por eso, en invierno la flor se para en el alféizar de la ventana y está contenta con todo. Y en verano sus hojas empiezan a secarse y caerse.
Los jardineros experimentados recomiendan mantener violetas en la ventana sur en invierno y en la ventana norte en verano. O, en las estaciones cálidas, búsquele un lugar con sombra.
La selección ha convertido a la violeta en una planta caprichosa y bastante difícil de complacer. Como muestra la práctica, los problemas comienzan cuando se busca un lugar adecuado para una flor.
Si en verano dejas una violeta en la ventana del sur, el asunto no se limitará a secar las hojas. Lo más probable es que la planta muera y es poco probable que se salve.
Después de la invernada, es necesario alimentar a la violeta. Lo mejor es buscarle un fertilizante líquido complejo, que ya contenga todos los nutrientes necesarios.